el margen de lo cotidiano
No me lo puedo creer ¡Gira!
No me lo puedo creer ¡Gira!
No me lo puedo creer ¡Gira!
Una mentira repetida tres veces se convierte en verdad
Gracias a Dios que sonaba alto el Nevermind de Nirvana
porque
sus gemidos me hubieran puesto en un compromiso con los vecinos
Por cierto
que ahora cada vez que imito su forma de hablar cuando me decía:
"Jesús, me vas a matar"
Se pone roja como una niña que nunca ha roto un plato
Eso me excita aún más
La repetición del gesto genera el gusto
La sonrisa del placer es la perfección
Está escrito
Está escrito
Está escrito
Y lo que está escrito se rodea de un absurdo aura de legitimidad
Tú lo sabes bien:
hay en mi estudio un papel blanco esperando el dia
en que decidas que puedo violarlo con el perfil de tu sombra
Bordas, J., no me lo puedo creer (de la serie QVAERIMUS VMBRA) ,1994, poema musicado por mi amigo imaginario Manu. Constituímos ex profeso el grupo fugaz de musicopoesía el margen de lo cotidiano y grabamos hasta cuatro piezas enmarcadas cada una de ellas entre sendas fases maníacas y depresivas de una sola tarde.
No me lo puedo creer ¡Gira!
No me lo puedo creer ¡Gira!
Una mentira repetida tres veces se convierte en verdad
Gracias a Dios que sonaba alto el Nevermind de Nirvana
porque
sus gemidos me hubieran puesto en un compromiso con los vecinos
Por cierto
que ahora cada vez que imito su forma de hablar cuando me decía:
"Jesús, me vas a matar"
Se pone roja como una niña que nunca ha roto un plato
Eso me excita aún más
La repetición del gesto genera el gusto
La sonrisa del placer es la perfección
Está escrito
Está escrito
Está escrito
Y lo que está escrito se rodea de un absurdo aura de legitimidad
Tú lo sabes bien:
hay en mi estudio un papel blanco esperando el dia
en que decidas que puedo violarlo con el perfil de tu sombra
Bordas, J., no me lo puedo creer (de la serie QVAERIMUS VMBRA) ,1994, poema musicado por mi amigo imaginario Manu. Constituímos ex profeso el grupo fugaz de musicopoesía el margen de lo cotidiano y grabamos hasta cuatro piezas enmarcadas cada una de ellas entre sendas fases maníacas y depresivas de una sola tarde.
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