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ellosnoexisten

dolor; energía renovable

dolor; energía renovable o también: el dolor como combustible

Pasó Sant Jordi. O según la ilustración: fue devorado por el dragón. Va por quienes me preguntaron qué había ocurrido entre "el dragón acechante" y "la doncella que se masturba en el lomo del monstruo".

Esta mañana, en la cafetería Cèntric de Barcelona (entre Tallers y Jovellanos) sonaba “Amado mío”. Una versión moderna con arreglos mestizos de jazz y caribe y una voz limpia, literalmente. Esto es, sin ruiditos técnicos; sin aquellas pequeñas contaminaciones acústicas de la versión fetiche. Ahora en mi equipo suena el mambo icónico original. Es Anita Ellis, la voz prestada a Rita Hayworth para Gilda.
Barcelona estaba hoy a reventar, mismamente como una rosa en su momento de esplendor. O en palabras de una de las camareras hablando por teléfono con alguien que supongo lejano:
Barcelona està preciosa
És una passada
Hauries de veure la qüantitat de llibres i roses
que n’hi han
He puesto rumbo a la fnac. En fin, la fnac ni te cuento; no se podía dar un paso. Me he dejado arrastrar por una lengua de personas y he saltado frente a un mostrador de información y he preguntado por el libro que buscaba. Sé que es un ensayo de o sobre R.Buckminster Fuller y creo que el título es algo así como Nave Tierra, manual del operador. No señorita, no. No es un libro de arquitectura “al uso”. Me interesa porque R. Buckminster Fuller tuvo la desgracia de vivir sabiendo qué es sostener en los propios brazos a un hijo que expira. Se juzgó injustamente por no haber sido capaz de proteger la vida del niño y dedicó la suya a desarrollar cúpular geodésicas. Cúpulas. Para protegernos. Me interesa por la transformación de un dolor impensable en combustible de vida.
No lo tenían. He vuelto a casa con cierto malestar de estómago. Y es que, sabiendo que no me sienta nada bien el puré de calabaza, quién me mandaba a mí tomarme tres tazones.

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