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femenismo

femenismo Lo sé, lo sé, aparentemente en el título hay un error.

Ungidas con el aura de “mejor penetración” (por discreta y poco traumática) las propuestas moderadas de revolución se han venido imponiendo a las más radicales para posteriormente ser fagocitadas por la maquinaria enemiga.
Una breve y lúcida reflexión a propósito de los sindicatos llevaron a mi amigo imaginario Manu y a Marla a convenir que “a pesar del progresivo descrédito y desubicación, los sindicatos tenían el pan asegurado dado que a los poderes fácticos les interesa mantener la impostura de una guerra de clases, de un sistema de control, en realidad inexistente”. Algo similar ocurre con el feminismo oficial que se aferra a una ridícula cota de poder todavía por alcanzar. Error de planteamiento y pesada maleta de errores arrastrada que nos ha llevado al punto en el que nos encontramos. Cada vez más se nos distrae sobre la perversión del lenguaje machista y se nos plantea como finalidad última la igualdad a todos los niveles entre hombres y mujeres ya sea en el mundo de la empresa o el de la política. Ridículo planteamiento el de la paridad de cargos públicos que discrimina positivamente (sic) a un gestor público en base a su género y no a sus facultades. Más ridículo cuando se verbaliza en la caricatura: “reconoceremos la igualdad cuando una mujer incompetente llegue a dirigir una multinacional o a ser presidente del gobierno”.
Flaco favor. Los primeros ejemplos de conquista de esa utopía nos revela lo que muchos ya sospechábamos: conseguir la igualdad en un mundo de hombres para no cambiarlo sólo nos traerá connivencia y legitimación del sistema opresor. No en vano se desestiman personajes de la talla de Hillary Clinton, Margatet Thatcher, o las más cercanas Aguirre o De la Vega.
No perdamos de vista lo que sabemos por evidente. En el caso que nos ocupa también la única lucha es entre poderosos y precarios.
Lean la presentación de la pasada conferencia(+seminario) en el MACBA de Angela Davis (Birmingham, Alabama, 1944)

Otro programa feminista. Mujeres, raza y clase

¿Cómo es posible, se pregunta Angela Davis, que habiéndose gestado el feminismo americano, como movimiento y teoría política, en el seno de las luchas abolicionistas y obreras de finales del siglo XIX, la voz y las reivindicaciones de las mujeres negras hayan sido sistemáticamente invisibilizadas por el feminismo blanco liberal? Esta pregunta la impulsa a trazar una nueva genealogía de los movimientos radicales de liberación norteamericanos en la que desvela las raíces comunes de las luchas antiesclavistas y de los movimientos de defensa de los derechos de las mujeres. Davis aprovecha la ocasión no para señalar la discriminación racial operada por el feminismo dominante, sino para afirmar un nuevo programa feminista, basado en una alianza transversal que critica las exclusiones de raza, género, clase y sexualidad, que se plantea como proyecto de emancipación colectiva. El feminismo se convierte en un vector de crítica y desmantelamiento radical de las estructuras transversales de control político y social que van desde el espacio doméstico hasta las cárceles, pasando por los estatutos que confieren ciudadanía, trabajo, identidad o pertenencia.

Revelador ¿No? Recomiendo encarecidamente la lectura de las propuestas críticas de Camille Paglia. Ahí van algunas perlas:

(p.23) “Quiero un feminismo revampirizado (N. del T: La autora establece un juego de palabras entre vamp (vampiresa) y revamp (renovar, modernizar). Quiere renovar (revamp) el feminismo devolviéndole la vampiresa (la vamp)
Recuperar a la vampiresa significa que la mujer debe ser una golfa. Mi generación de rebeldes de los sesenta quería destruir los códigos burgueses que se habían convertido en los tótemes autoritarios de los cincuenta. La chica “agradable” con su discurso suave y saneado y sus modales decorosos tenía que desaparecer. Treinta años más tarde, seguimos atrapados con ella, ahora bajo la forma de las portavoces oficiales y las herederas sagradas del feminismo establecido.


(p.27) Las mujeres nunca tendrán éxito al nivel o en el número que merecen hasta que superen su amable reticencia a excederse en el ataque y el contraataque de la guerra territorial. (...) Las mujeres no deben convertirse en pupilas suplicantes de las figuras de autoridad. La libertad significa rechazar la dependencia.

(82) La sociedad moderna está estructurada ahora para poner impedimentos limitatorios entre el desarrollo físico de la mujer y sus ambiciones profesionales. La ideología feminista empezó afirmando que daba a las mujeres libertad, conocimiento y autodeterminación, pero ha terminado alienando a las mujeres profesionales de sus propios cuerpos.

Paglia, Camille, Vamps & Tramps, más allá del feminismo, Madrid, 2001, Valdemar (Enokia S.L.) 660 páginas.

Y por si alguien pensaba que niego la confianza en “ellas”...pues no exactamente. "Ellas" somos todos. “Ellas” tampoco existen.

Finalmente la propuesta para las mujeres: potencien los dos lados de los hombres. Exijan la salida del armario de nuestra parte femenina. Reclamen también nuestros penes dispuestos.

6 comentarios

hans k -

todos los datos indican que los logros sociales superan a los culturales; en nuestras cabezas los roles están metidos muy dentro, y los niños de ahora siguen siendo educados en esta línea.

seguimos en un mundo que distingue entre 'conquistadores' y 'putas'.

aly -

Me gusto mucho este post, creo que estoy de acuerdo...no con términos limitados como "feminismo", y otros que lo único que hacen es reforzar una condición. Yo diria actuar en favor del activismo y no perder la confianza de lo que nos es propio...que nada tiene que ser igual a otro para poder ser validado. :)

jesúsb -

borjo, efectivamente se trata de una versión del Barón Ashler de Mazinger Z.

Borjo -

Queeee Guapooooooooo!!!
Se parece al malo de mazinguer Z, ajjajajajajjajaja
Eres un artistazo.
;D

jesús -

jajajajajaja
qué energía,lu!
Me alegro

lu -

gauuuu, qué temprano por la mañana pero que chute me has pegado, jesús, la leche en polvo.
Me ha encantado leer " hasta que superen su amable reticencia a excederse en el ataque y el contraataque de la guerra territorial".
De miles de maneras me lo he ido indicando.
Gracias.