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ellosnoexisten

Diversificar la cartera vital

Diversificar la cartera vital Aparentemente planificamos. Estudiamos carreras, postgrados, doctorados; hacemos planes de ahorro, de pensiones, de empresa; reservamos vuelos y hoteles y trazamos las rutas; elaboramos la lista de la compra, decidimos el día, ajustamos presupuesto…
Aparentemente planificamos, y no diré que las actividades que enumeré no pertenezcan a la vida, que no constituyan la vida, no diré esto.

Lo que digo es que nos falta a menudo el plan general.

Y los entendidos (léanme con generosidad) nos hablan de los peligros de construir el edificio de la vida sobre un único pilar; cómo si falla ese pilar se viene abajo el edificio, la vida. Recomiendan repartir nuestro interés, tiempo, energías, entre la familia, la salud, el trabajo, la pareja, las aficiones… Buen consejo que la mayoría parecemos seguir obedeciendo al instinto de supervivencia. Entiendo que en estos casos de vidas aparentemente bien proyectadas la crisis total aparece por acumulación; por la caída simultánea en crisis de los diferentes pilares que nos sustentan. Puede ser la consecuencia inevitable de un planteamiento erróneo (es lo que tiene colocar cargas de dinamita bajo los pies) aunque también pueden darse casualidades, de hecho se dan, y una de esas casualidades puede ser la coincidencia de crisis que afecten a los diferentes puntales de la vida.

Escuchen a los asesores económicos y fiscales; a los consultores de inversiones. Ellos dicen:”No invierta mucho dinero en un número reducido de valores. Diversificar la cartera hace disminuir el riesgo. Valores hoy sólidos pueden no serlo el año que viene.”
Dicen también que la mejor estrategia es invertir un porcentaje elevado en, torno al 50%, en renta fija, valores seguros a largo plazo, una cantidad menor (35% aprox.) en renta media y el 20% restante en alto riesgo.
Dicen más, pero hay que ir con pies de plomo a la hora de aplicar a la vida la estrategia del tiburón con traje diplomático.

P.S. Sí, los porcentajes 50, 35 y 20 suman 105. Eso debería ser la vida, una inversión del 105%.

9 comentarios

Mar -

¿y un plan infinito? Mejor dejar las cosas inacabadas

burma -

No interpretes mis palabras con el concepto determinista que todos asociamos a "destino" como objetivo y condicionante (tampoco creo en él, y creí q se sobreentendía), relee sin prejuzgar o pasa de mis monólogos paranoicos (yo lo haría ;)) son el resultado de una aburrida tarde encerrada entre cuatro paredes.

Beso

jesúsb -

burma,
interesante ontología. Mi problema, sin embargo, es de partida, pues no creo en el destino.

burma -

Podríamos afirmar que un hombre auténtico es aquel que logra la comunión de su yo profundo, "proyecto de ser", con el destino. Así, la autenticidad se relaciona con el ser fiel a uno mismo. No con un objetivo o resultado. La fidelidad es cierta amistad, confianza en el "otro". En este caso ese "otro" somos nosotros mismos, por lo que una ética de la vocación sería confiar y escuchar ese yo profundo capaz de comprender y vislumbrar ese destino de cada uno. Este proyecto y destino de cada uno, no es una moral del deber, ni una moral universal, más bien una ética que respeta la individualidad y el ser da cada uno.
Pd: la puta teoría es tan fácil, escribirte esto me ha deprimido; causa-efecto, método, pero en estragos no importa el cómo, importa el qué.

burma -

El hombre posee un amplio margen de libertad con respecto a su yo o destino (lo cual no deja de ser una paradoja y hasta un drama vital). Puede negarse a realizarlo (conscientemente o por pura desidia, simpleza o ignorancia de proyecto/estrategia), puede ser infiel a sí mismo. Entonces su vida carece de “autenticidad”. Si por vocación no se entendiese sólo, como es habitual, una forma genérica de la ocupación profesional y del curriculum civil, sino que significase un programa íntegro e individual de existencia, sería lo más claro decir que nuestro yo es nuestra vocación (que no tiene porque ser única, sino las sumas y mucho menos inmutable). Si somos más o menos fieles a nuestra vocación consecuentemente, nuestra vida será más o menos auténtica.
Es decir supongo que la vida del hombre se entiende en enfrentamiento con la circunstancia, construyendo la realidad radical que es la vida. Esta lucha con la circunstancia es el modo de darse el ser del hombre, pues en esta lucha lo que está en juego es el proyecto de ser de cada uno, en la idea de realizar su ser. No somos algo acabado o esencialmente determinado, sino por el contrario, nuestro ser consiste en ser conquistado o perdido. Todo proyecto vital de algún modo es válido en cuanto responde a lo que queremos ser. Pero este querer ser no es algo que inmediatamente se alcance. No significa tampoco que algo querido como proyecto efectivamente se realice.

jesús -

lu, los edificos más resitentes son los flexibles. Prueba con un tumbao woman del callao. Jaaajajajaja
Jule, te quiero, mi niña.
Hans ( o superhans, como te llaman por ahí) no creo que sea así. Que anule no. Cierto que la estrategia del inversor es casi siempre conservadora y retrógrada. En todo caso no se trata de tantos frentes. Equilibrio, amigo, equilibrio. Gracias por venir, ya sabes dónde están las cervezas...tú mismo.

hans k -

la diversificación de objetivos contribuye a la anulación de la voluntad, y con ello disminuye el riesgo de rebelión.

porque la insatisfacción creada como suma de muchas insatisfacciones es más difícil de combatir que una insatisfacción única. demasiados frentes abiertos.

jule -

Hay edificios que necesitan mas pilares que otros. Hoy es día de obras en el pilar de amistades. Mañana en el de la familia?

lu -

y yo que tengo la sensación de que me torcí el tobillo siendo niña y me resulta más fácil que a los demás caerme...¿dónde alquilan pilares para eso?
¿Y si resulta que el esguince fue genético?
Creo que dan tubos de pastillas para apuntalar edificios, pero eso no me convence.