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ellosnoexisten

Coincidencias

Coincidencias Dice bién Daniel Ripollés desde El renglón torcido:

“Llevamos años ensalzando la ley del mínimo esfuerzo, descuidando la cultura, premiando a los tramposos (a menudo haciendo la vista gorda) y dejando morir de asco a los serios, responsables y trabajadores. Al final, nadie se esfuerza por superarse, ni lee sus trabajos dos veces, ni se preocupa por la excelencia.”

Pensaba el otro día de una manera similar. Añadía de mi propia cosecha “el miedo que tienen todos los mediocres ante cualquier signo de competencia, cómo dedican unas energías (que serían preciosas a la hora de mejorar) a combatir cualquier posibilidad que muestre el “enemigo” en levantar la cabeza”. De hecho creo que es la característica que más define a un mediocre. No nos engañemos pensando que el tiempo deja a cada uno en su sitio. Ese juez a veces falla mal o falla demasiado tarde. No seamos cómplices con nuestra ingenuidad y buenapersonalidad. Impongámonos por el bien de todos y en defensa de una mínima idea de justicia la tarea de desenmascararlos y desterrarlos.

A otra cosa

Debo reconocer que aunque no soporto las novelas de Saramago, coincido a menudo con sus ideas. El pasado fin de semana escuché en la radio apenas tres minutos de entrevista en la que el escritor defendía dos que habitualmente me enfrentan con el pensamiento (por decirlo de una manera cool) “stablished”:

1. El Feminismo ha perdido la gran oportunidad de incidir en la sociedad para influenciar o transformarla mediante la gran aportación de las virtudes exclusivamente femeninas. En lugar de esto la estrategia feminista se ha basado en buscar la igualdad en un mundo de hombres con lo que:
a) jamás llegarán a conseguir tal igualdad, dado que parten de una desventaja inabarcable.
y
b) Las mujeres que supuestamente alcanzan el estatus deseado por el feminismo lo hacen asumiendo plenamente el rol masculino. ¿O es que alguien ha visto la “mano” de mujer en los ministerios que éstas han ido ocupando? Hablamos del gobierno central, pero también de la dirección de mega-empresas al estilo de FCC.
Quien quiera abundar en esto puede consultar de Paglia, Camille, Vamps & Tramps, más allá del feminismo, Madrid, 2001, Valdemar (Enokia s.l.)
Un bocado a bote-pronto: “La sociedad moderna está estructurada ahora para poner impedimentos limitatorios entre el desarrollo físico de la mujer y sus ambiciones profesionales. La ideología feminista empezó afirmando que daba a las mujeres libertad, conocimiento y autodeterminación, pero ha terminado alineando a las mujeres profesionales de sus propios cuerpo”

2. No somos la persona que éramos. Aquí el argumento del escritor es idéntico al mio (desarrollado en conversación con Sole en casa de Teresa hace unos años, durante una cena):
a) Nos definimos en tanto que persona por una serie de parámetros como: aspecto físico, manera de pensar, bagaje cultural, ocupación, relaciones personales, gustos y aficiones, experiencias, expectativas de futuro, etc.
b) Todos esos parámetros son mutantes. Hagan la prueba mirando atrás cinco años: cambio físico (incluída la sustitución de la inmensa mayoría de las células que nos componen), cambio de residencia, cambio de amigos, más experiencia vital, cambio de trabajo, adquisición de nuevas ocupaciones, cambio de escenario familiar.
c) ergo…¿Soy la misma persona? Qué no ha cambiado de mi. Para los que no creemos en el alma ¿existe una esencia personal inmutable?
La cultura popular recoge esta idea en un chiste: “Jose le dice a Juan: Este hacha era de mi bisabuelo. Juan le responde que parece muy nueva y Jose concluye: bueno, mi abuelo le cambió el mango y mi padre le cambió la hoja.”
Y relacionado con todo esto
Nosotros tenemos una imagen hecha de nosotros mismos. Pero ¿no somos acaso más como nos ven los otros? Basta incidir en la cuestión para darnos cuenta de lo poco que coincide nuestro autorretrato con el retrato común que nos hacen nuestros conocidos.
En fin… el dibujo que ilustra este post es el retrato que me hizo en el cole Beatriz, mi hija (3 años). Por cierto ¿No le notan uds. Un cierto parecido a Saramago?

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