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Turner, el bondage y los microcuentos

Turner, el bondage y los microcuentos Turner y Venecia. Del 2 de Marzo al 5 de Junio de 2005. CaixaForum. Barcelona.

CaixaForum (en colaboración con la Tate Britain) me la han vuelto a formar. Todavía temblando por la excepcional exposición de Rodin (uno se cree que van a mostrar una decena de obras y unos cuantos bocetos y descubre que lo han traído TODO: no sólo todo lo de Rodin, sino una representación de su taller + obras de todos los artistas significativos contemporáneos + esculturas posteriores donde seguir la influencia del genio) y ahora nos traen a Turner.
A exposiciones como ésta uno no puede ir de buenas a primeras. Puedes recibir un golpe terrible. Me explico:
Uno cree que sabe algo de Turner porque ha leído tal o cual biografía o capítulo de la Enésima Historia Universal del Arte o le han pasado un par de diapositivas requemadas o ha visto alguna ilustración de 3x4 cm. (incluso en blanco y negro) en un libro.
Y no.
Temamos al fantasma del dominio.
Dominio, porque tenemos la aspiración legítima de poseer (ni que sea intelectualmente: aprenderla y aprehenderla) la obra.
Fantasma, porque en realidad es la obra la que nos posee y domina incluso hasta hacernos somatizar el placer y el dolor de la experiencia estética.
Ejemplo: Maria della Salute (1844) Las pequeñas explosiones de color emergiendo sutilmente de la bruma forman en nuestra mente las arquitecturas, figuras y atmósfera de Venecia. En nuestra mente. Turner reclama de nuestro concurso para completar el cuadro. Algo imposible si no se está allí, delante, hipnotizado. Y Turner no nos desata hasta que no entendemos y vivimos (antes de pasar al siguiente cuadro) un momento de júbilo.
Se trata de la actividad cognitiva. Es una de las funciones más importantes de nuestro cerebro y cuando se realiza correctamente implica un plus de satisfacción. El placer de saber es una experiencia temprana (observen la cara de un niño de meses cuando se adelanta a la siguiente escena de los Teletubbies porque la conoce) y nos acompaña toda la vida.

La única estrategia que puedo aplicar es hacer una visita rápida, distraída, sin dejarme coger. Como hacemos en los primeros baños de sol de primavera. Y volver al cabo de un tiempo para entrar más en profundidad. No sé si les explicaré algo más de Turner, hoy por hoy pienso que será inútil

2 comentarios

jesús -

olvidé decir que la exposición es gratis. Un motivo más para volver.
Gracias.

Tautina -

De estudiante adquirí la sana costumbre de visitar las exposiciones mas de una vez siempre que mi presupuesto me lo permitía. Aprendí que así obtenías dos visiones de la obra, la primera basada en la sorpresa, en el impacto, en la primera sensación, la segunda meditada, saboreando la genialidad.
Un placer conocerte. Saludos.